El fin de semana pasado fui partícipe de la boda más sui generis a la que he asistido en mis 30 años de vida.
El lugar era un hotelito que dependiendo de lo que te cuenten antes de ir es o monísimo o no esta mal.
La gente, los amigos más cercanos y la familia de los novios, no había un solo invitado por compromiso.
No hubo misa, ni épistola de Melchor Ocampo, el juez apenas pronuncio un aceptas como espos@. En su lugar hubo reflexiones del amor, la pareja y el yo –que somos y que seremos. Los novios leyeron sus votos, o, más bien aquello que querían decirse y hacerlo público. No prometieron amarse y respetarse por el resto de su vida (uff qué promesa tan ruda) , fue más bien decir, hoy estamos juntos, nos queremos y queremos compartirlo con ustedes.
Esto me lleva a pensar que debiéramos cambiar algunas partes de estos ritos, ¿no sería mejor prometer: ¨haré mi mayor esfuerzo por comprenderte y seré siempre honesto contigo y con mis sentimientos”? Seamos sinceros, las relaciones se trabajan, se cuidan y algunas veces simplemente dejan de funcionar. Si dejamos de prometer amor eterno la culpa que viene después de una separación desaparece, siempre y cuando de verdad pongamos toda nuestra energía para echar a andar la relación y mantenerla viva.
En fin, creo que los rituales son importantes, que hacer público un compromiso lo hace más sólido pero me niego a prometerle a nadie que lo amaré por lo que me queda de vida.
El lugar era un hotelito que dependiendo de lo que te cuenten antes de ir es o monísimo o no esta mal.
La gente, los amigos más cercanos y la familia de los novios, no había un solo invitado por compromiso.
No hubo misa, ni épistola de Melchor Ocampo, el juez apenas pronuncio un aceptas como espos@. En su lugar hubo reflexiones del amor, la pareja y el yo –que somos y que seremos. Los novios leyeron sus votos, o, más bien aquello que querían decirse y hacerlo público. No prometieron amarse y respetarse por el resto de su vida (uff qué promesa tan ruda) , fue más bien decir, hoy estamos juntos, nos queremos y queremos compartirlo con ustedes.
Esto me lleva a pensar que debiéramos cambiar algunas partes de estos ritos, ¿no sería mejor prometer: ¨haré mi mayor esfuerzo por comprenderte y seré siempre honesto contigo y con mis sentimientos”? Seamos sinceros, las relaciones se trabajan, se cuidan y algunas veces simplemente dejan de funcionar. Si dejamos de prometer amor eterno la culpa que viene después de una separación desaparece, siempre y cuando de verdad pongamos toda nuestra energía para echar a andar la relación y mantenerla viva.
En fin, creo que los rituales son importantes, que hacer público un compromiso lo hace más sólido pero me niego a prometerle a nadie que lo amaré por lo que me queda de vida.
2 comentarios:
Ufffa!
no me toques ese son!
Sin COMENTARIO...
Sh.
Efectivamente me parece una forma mucho más honesta de celebrar el amor de hoy, cuando es imposible saber qué pasará mañana...
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