martes, 24 de febrero de 2009

Entre subnormales te veas o I don´t speak iditot

Yo me hice productora en España, ahí, la gente se paraba de su lugar en pantera y llegaban con otro individuo a decirle, en su cara, con la voz un poco más alta de lo normal “no estoy de acuerdo contigo por esto, esto y esto”. Al principio me espantaba ver como la gente se gritaba, después me di cuenta que así funcionaba contendiente A exponía su punto, contendiente B el suyo y llegaban a un acuerdo. Al final del día los encontrabas en el bar de a lado tomando unas cañitas antes de ir a casa.

Cuando regresé a México me encontré con un mundo laboral muy distinto, aquí pocas veces se dicen las cosas a la cara, aquí la gente te sonríe mientras piensa “y esta vieja que se cree, no estoy de acuerdo algo tendremos que hacer”, unos minutos o días después recibes un mail de tu jefe preguntando por qué esto o lo otro.

El ambiente laboral es un mundo de fantasía, todos se saludan y sonríen pero nadie se traga y siempre buscan el momento para, como se dice en España, hacerte la cama. Vivimos en el ambiente del no te preocupes ahí vemos cómo lo resolvemos, y cuando llega el momento nadie resuelve nada y se buscan o señalan culpables.

A mi la vida me ha enseñado a no comprometerme a nada que no esté segura de que sucederá, prefiero decir “mi misión es que suceda pero si no es posible encontraré la mejor solución”, así no me meto en problemas de tu me dijiste/prometiste. Pero, siempre hay un pero, esto se confunde con problemas de actitud o poco compromiso, qué no entienden que hay que proteger la palabra, que decir me comprometo a es algo muy fuerte y hay que cumplirlo a como dé lugar.

A mis escasos 30 añotes me doy cuenta que la vida corporativa es un asco que hay que tragar mucho camote y parir hartos chayotes para sobrevivir, sobre todo en épocas de crisis como la que estamos viviendo. Mi intensión es aprender a manejar esto sin que me den ganas de pararme de mi lugar a pegar de gritos, pero eso sí nunca dejaré de decir lo que pienso y seguiré sin comprometerme a aquello que no sé si podré cumplir. Es cuestión de endulzarles un poco las cosas y contar hasta 3,500 si es necesario.

2 comentarios:

La chica cortocircuito dijo...

Cuánta razón tienes y qué paciencia hay que tener... según te vas haciendo adulto descubres que no existe tal concepto.
Los adultos son niños que han crecido y siguen luchando por ser el más fuerte del patio o la más popular del instituto, caiga quien caiga...

yonson dijo...

así es, sólo que ahora no es el lunch para el receso lo que sta en riesgo, es el curro.