jueves, 8 de julio de 2010

31 años y 8 mundiales

Nací en año mundialero pero cuando llegué al mundo Argentina ya era campeón, habían ganado su propio mundial, el de 1978.

En España 82, con apenas 4 años, era muy chiquita para recordarlo y como México no estaba en la disputa pues mi madre no tuvo oportunidad de disfrazarme de banderita tricolor así que ni fotos hay.

Mi primer mundial fue México 86 (el mundo unido por un balón), era importante porque mi papá salía charreando en el video que ponían antes de cada partido, porque éramos los anfitriones y porque era la locura. Todos hablaban del mundial, todos los eventos tenían tema futbolístico, hasta en el festival del día del padre hicimos una coreografía en shortsitos blancos y camiseta verde. Me acuerdo perfecto de cuando fuimos a un puente en el periférico – ahí cerquita del estadio azteca- a celebrar que le habíamos metido dos golesotes a Bulgaria y estábamos en cuartos, de cuando hicimos banderas con cartulina para apoyar a Argentina en la final –todos trepados en una combi verde botella con las puertas abiertas- , de la chiquitibúm y de la porra del equipo tricolor que tiene mucho corazón. Ese año me hice futbolera, supongo.

Siempre le he ido a México, a los Pumas y al Real Madrid, sospecho que por herencia, nunca me lo cuestioné.

Fuera del episodio combi, nunca he vivido una final de copa del mundo en la que verdaderamente me importe el resultado, ha sido más bien un ejercicio de escoger a quien irle en el último momento. Porque juegan bien, porque son buena onda o porque están guapos , varía.

Hoy, mi historia es diferente. Le voy a España. No es sólo porque jueguen bien, sean a todo dar y estén chiquitosbebés, le voy a la Furia porque quiero que ganen, porque se lo merecen y porque representan a un país que quiero con todo mi corazón.

Yo no tengo ningún pariente que haya llegado de España, chance y algún chozno, los míos llegaron de Líbano, del valle del Yaqui, de Veracruz y de los rumbos de la presa de Necaxa . Así que ni organicen que tengo el nopal en la frente y le voy a España (además, si así fuera, qué) y a diferencia de mis otros equipos este sí lo escogí.

Deseo con todas mis fuerzas que el combinado español gane este mundial y si eso pasa sentiré ese triunfo como propio, como el dolor que se sintió aquel 11M, saldré a la calle a celebrar, como salí el aquel 12 de marzo a manifestarme por las calles de Madrid.

Por los buenos momentos, por los grandes amigos, por los amores de aquel tiempo, porque es un gran país ¡Qué viva España!