jueves, 27 de noviembre de 2008

Fiut

Manita en la frente con gesto de salvación, así me siento hoy. Según mi brujo de cabecera mi ángel de la guarda es como Rambo y cómo no, si estoy loquísima. Al pobre lo he tenido entrenando durísimo los últimos 10 años de mi vida.
Por angas o por mangas mi temerario ángel me salvó del menda por el que lloré por las esquinas, chiale, imagínense que me hubiera quedado ahí, en 2 años sería una esposa desesperada, a la Bree Hodge, con cara de trenza, haciendo hot cakes los domingos y vistiendo a mis hijos de Ferrioni. Miedo. Harto.
Y no es que el mentao sea mala persona, la cosa es que no es para mi. Todo lo que tuvo que pasar para que mi cabecita entendiera que no. Es que soy bien terca y cuando algo se me mete entre las cejas lo consigo, o por lo menos hago todo para lograrlo, y en este caso también. Les digo que a Rambo lo traía en friega viendo cómo descomponerme la jugada.
Ayer me quedé a 2 personas de topármelo de frente, creo que no me vio, yo ya iba de salida. Fiiiiiiuuuuttttt.
Hoy que es Thanksgiving aprovecharé la ocasión, aunque no sea gringa ni peregrina, gracias por haberlo conocido, gracias por que se terminó, gracias por la lección y, sobre todas las cosas, gracias por abrirme los ojos. Have a nice life.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Minia queridisima

Se fué al clarear el alba, igual que su Pasi querido. Minia, mi abuela, se apagó un martes por la mañana en su cama, en ese cuarto tan lleno de recuerdos, tan lleno de ella.

Y es que con ella mueren tantas cosas, las navidades en Calvario 61, el cochino que durante tantos años rifaron entre sus nietos, las 16 botas con nuestros nombres -colgadas en ese comedor tan grande como el vacío que se siente hoy- muchas bordadas por ella (la mía), las noches de guitarra cantando las canciones de siempre, su voz grave cantando la media vuelta que aun resuena en los pasillos de su casa y en los de mi cabeza.

Minia, fuiste una gran abuela, a pesar de que en los últimos años nos sacábamos de quicio mutuamente siempre tuviste un buen consejo, siempre te alegrabas al verme entrar a tu casa o al escuchar mi voz en el teléfono, siempre mandabas muuchos muuchos besos.

Cómo me gustaba sentarme en el banquito de tu vestidor y verte arreglarte con tanta calma, en fondo, sacabas tu ropa, tan elegante como tus manos, prendías el segurito con tus medallas (el mismo que ahora llevo puesto cerca de mi corazón), encendías la luz del espejo con aumento y te maquillabas. Cuando estabas lista, buscabas en tu cajón, me dabas un chocolate y tú con una elegancia que ojalá te hubiera heredado sacabas un Virginia Slim y salías directo a la cocina para ver que todo estuviera listo.

Hoy tu ausencia se siente por todo el cuerpo, supongo que con el tiempo llenaremos el vacío con recuerdos, con tu ejemplo, con el eco de tus carcajadas.

jueves, 13 de noviembre de 2008

La delgada línea entre la ternurita y el coraje

Como no soy ninguna plagiadora tengo que decir que el título no es mío, es de mi amigo el rojo. Él usó esta frase para referirse a un cantante de grupo versátil cuando canta en inglés.

Hoy recibí un mail de la bolsa de trabajo de mi alma mater el honorabilísimo, a la par que carísimo, Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. Recibo un mail todos los días y por lo menos dos o tres veces a la semana aplico a una vacante, todas sin respuesta. Antes llegaban de 10 a 15 ofertas diariamente, últimamente esta lista se ha ido reduciendo hasta llegar a esto.

Una vacante en Aguascalientes con un sueldo miserable administrando nóminas. ¿Vacantes que cumplen con mi perfil? No mashinguen, tengo un master en producción audiovisual, una licenciatura en ciencias de la comunicación, trabajo en una agencia de publicidad (para los que piensen que me estoy vendiendo, hagan sus ofertas) ¿en qué momento se les ocurrió que yo tenía perfil de administrador de nóminas? Ya no sé que pensar de la bolsa de trabajo de mi universidad, no sé si me da ternurita o coraje.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Una buena y una mala

Esta vez no me preguntaron cómo las quería, simplemente me dieron la mala sin preguntar.

Alrededor de las 7:30 recibí la primera llamada. - ¿Estas bien?. – sí, ¿por?.

Se había estrellado un Lier Jet a 200 mts de mi oficina, justo en mi camino de regreso a casa. El teléfono empezó a sonar, estaban preocupados por mi, afortunadamente yo ya estaba en mi casa cuando estas llamadas, hablábamos mientras veíamos las noticias sin poder dar crédito de lo que pasó. UFF! Juan Camilo Mouriño estaba en el avión y no hay sobrevivientes. ¿Qué?. ¿Cómo?. ¿Fue un accidente?.

La última de mis preguntas sigue sin respuesta, a mi, de corazón me gustaría que, efectivamente, se trate de un accidente. Sin embargo, resulta difícil pensar que fue así, pues el piloto nunca reportó alguna falla. Dicen, los que vieron desde la azotea del edificio en el que trabajo, que el avión ya estaba en llamas cuando cayó.

Esta situación me recuerda irremediablemente aquel 11 de marzo de 2004. Yo estaba en Madrid y mi teléfono también sonaba cada vez que la saturación de las líneas lo permitía. La diferencia. Aquella vez dormía en mi cama del otro lado de la ciudad. Ayer, pasé por ese lugar 8 minutos antes del avionazo. 8 minutos.

En ese 11 de marzo de 2004 lo que sentía era miedo, miedo de subir al metro, miedo de viajar en tren. Hoy, doy gracias por haber salido a tiempo, por no haberme dado cuenta, en carne propia, de lo que pasó. No me tocaba y afortunadamente a ninguno de los que aquí trabajan, aunque algunos lo estuvieron mucho más cerca que yo.

La buena, ganó Obama. Urge que sea 20 de enero. Bush ay te vas por la sombrita.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Buscamos Magia

Ayer fue un domingo, domingo. Me levanté tarde, me tiré en el sofá, comí restos de la semana y todo apuntaba a ser un domingo de sofing. Hasta que me llegó un sms: q haces?
Y contesté: Nada, te invito. Seis o siete mensajitos más tarde estaba en el parque México viendo perros y niños pasar.

De verdad no encuentro mejor actividad dominguera, más tomando en cuenta la rotés de mi cartera, que ir a un parque a resolver el mundo con un buen amigo. Mientras veíamos a una niña perseguir las burbujas que su papá sacaba de un botecito de gerber con fabuloso, hablábamos de la magia que pocas veces se da con otra persona (del sexo de tu preferencia). Esa química que en ocasiones tiene capacidad de explotar laboratorios, las mariposas que revolotean en el estomago con sólo escuchar su voz, viajar al otro lado del mundo con tal de verle sonreír. La magia.

Llámenos forevers, pero yo me niego a pensar que se acabó la magia, que no es posible tener una pareja con chispas y fuegos artificiales. Safo pensar que una pareja es un contrato para no estar solo, nada más porque la vida es lo suficientemente dura para pasarla en soledad (que si fuera un acuerdo sería mucho más válido que muchas parejas que conozco que dicen que se aman y se adoran y en realidad los une el terror a estar solos).

Tal vez si dejáramos de futurear cuando salimos con alguien a lo mejor la magia duraría más tiempo o simplemente habría. El problema es que empezamos a pensar cómo sería la vida con el interfecto y nada más de pensar en todo lo que te puedes perder por estar con ese alguien matas cualquier tipo de magia. Si viviéramos en el presente, con todo lo que implica, seríamos mucho más felices. De ahora en adelante seguiré el consejo de mi madre respecto a la pareja, sólo por hoy. Sí como AA, sin pensar en lo que va a pasar mañana, si te va a hacer ver tu suerte, si llamará, todo eso da igual. Lo que importa es hoy, ya mañana verás cómo le haces.