martes, 6 de enero de 2009

Quería contártelo

El sábado fui a Cocorit y ahora sí encontré la casa de tu mamá grande. Estaba, casi, en una esquina como me dijiste, tenía banqueta y en el patio trasero había una seiba enorme. Esa seiba en la que te columpiabas cuando niña en las visitas a casa de la abuela. Cocorit esta muy diferente de como lo dejaste la última vez. Ahora, casi todas las calles tienen banquetas y están empezando a comprar las casas viejas para cambiarlas por nuevas, los Bours hasta hicieron una finca al final del pueblo, en unos años será el lugar de descanso para los adinerados de Obregón.
La casa que te vio nacer esta ocupada, aunque un poco abandonada y sucia. Según mi tía Nena los techos son los mismos, el piso de la entrada lo cambiaron, pero el de la cocina y comedor es de concreto como los de antes. Ay Minia, que ganas me dieron de hablarte por teléfono para contártelo todo, como la primera vez que fui a tu tierra. Estabas tan contenta, tenías ganas de guiarme por las calles a ver si podía volver el tiempo y encontrar a la señora que vendía dulces en la esquina.

Después de Cocorit fui a la presa de Oviachic, ahí, donde viviste por primera vez con Minio, ahí, donde empezaste una familia.

La presa estaba hermosa, casi llena, cuéntale a Minio que estaba al 80% de su capacidad seguro se pondrá muy contento.

Y en esa presa azul, entre montañas, te dejé ir. Saqué de la cajita blanca un poquito de ti y te eché al agua, la misma que con el tiempo regará tu tierra, y volverás a tu Sonora querido. Esta vez para quedarte allí.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me hiciste llorar... yo tambien tengo una gran necesidad de contarselo todo, de volver a platicar con ella, de oir su voz.
Me gusto mucho eso ultimo que dices, regara las tierras, regara su tierra y la volvera mas fertil y generosa asi como ella.
Josie